Texto: Vincent Cuvellier
Ilustración: Ronan Badel
Editorial Edelvives
32 págs., 170x220 mm
Cartoné, (+ 3 años)
ISBN 978-84-263
Por José R. Cortés Criado.
Emilio es todo un personaje, nada más ver su imagen en la
portada del libro reconocemos su valía. El ilustrador Ronan Badel ha ideado un
pequeño Emilio genial; con unos trazos sencillos y precisos crea un personaje
lleno de vida.
La historia es bien sencilla, un niño caprichoso que no se
le ocurre mejor cosa que pedir una escayola para su brazo. El narrador es
conciso y los diálogos que Emilio mantiene con un adulto, puede ser su madre,
son ingeniosos.
Casi todas las páginas llevan un pequeño texto en la parte
superior y un dibujo que ocupa la mayor parte de la hoja, Emilio insiste en su
deseo de llevar la escayola y da sus razones; al saber que ha de romperse un
brazo y sufrir mucho dolor va rebajando su petición, que al final llega a ser
la de una tirita, pero como todo ello conlleva dolor o sangre, obedece a su
madre y vuelve al sillón para ver los dibujos animados en la televisión y, como
no hace caso en cuanto a la forma de sentarse, sufre un pequeño percance que no
es propio de piratas pero si puede ser el comienzo de una aventura.
La unión del texto con los dibujos fragua un cuento muy
bueno. Los movimientos corporales, los gestos y las expresiones de su rostro
cargan de significado el texto.
Los lectores a partir de tres años se sentirán identificados
con el personaje y disfrutarán con sus ideas.
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