Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis la noche
de Reyes
Texto: Chema Heras
Ilustración: Kiko da Silva
Editorial Kalandraka
Editorial Kalandraka
Colección Libros para soñar
ISBN: 978-84-8464-439-2.
220 x 220 mm, 40 páginas
13 €, (+ 5 años) 2019.
Por José R. Cortés Criado.
“El tren de Matías / chu chu, chu, / corre por las vías,
/ chucu. Chucu. Chu”. Chema Heras: Cuando
a Matías le entraron ganas de hacer pis la noche de Reyes.
La editorial Kalandraka vuelve a editar un clásico de la
literatura infantil en estas fechas navideñas. Hace veinte años que este libro
vio la luz y sigue siendo de gran actualidad, es esa cosa que les ocurre a los
clásicos.
Matías, su protagonista, es un niño que ansía la llegada
de los Reyes Magos, a los que les ha pedido un tren con tres vagones de colores
y como está muy nervioso no puede dormirse, pero se va a la cama porque su
padre le dijo que a los niños que están despiertos no les traen juguetes.
Entre los nervios y las ganas de jugar, a Matías su vejiga
le juega una mala pasada, se despertó a media noche con ganas de hacer pis y se
dirigió al baño; allí escuchó a los Reyes Magos hablar, uno lo descubrió en el año,
él no se atrevió a mirarlo y cabizbajo volvió a la cama, temiendo no recibir su
tren por estar despierto.
A la mañana siguiente no encontró nada a la vista pero se
acordó de lo escuchado durante la noche: “¿Dónde le dejamos el tren, aquí o
debajo de la cama?” y allí estaba, por fin respiró tranquilo, los Reyes Magos
no habían pasado de largo, pero su tren tenía un vagón más de los pedidos, un enorme
orinal amarillo.
Ingeniosa historia, algo angustiosa con final feliz.
Algunos pequeños lectores temen que por culpa del pipí se quedase Matías sin
juguete, y eso que había pedido una sola cosa, de ahí el regalo añadido al
peque para que comenzarse a usarlo por las noches.
A los mayores nos provoca risa la historia porque
intuimos que un niño no se va a quedar sin juguete una noche de Reyes y nos
hacen mucha gracias las imágenes del protagonista, su cara de susto o asombro,
su búsqueda por armarios, estanterías y cualquier rincón del hogar.
Al texto, que se reproduce en distinto tamaño de letras y
algunas de ellas en movimiento, como la canción que sueña el niño, va acompañado
de las ilustraciones de Kiko da Silva que echa mano de todo cuanto tiene a su
alcance para recrear las escenas, ya sea un trozo de tela de saco, de un periódico,
de una servilleta, de corcho o de pintura.
La expresividad de los personajes, los gestos de Matías,
la cara de pánico o de alegría, la manifestación de su nerviosismo o su
disfrute están muy bien reflejados página tras página.
En resumen, un buen álbum ilustrado que no pierde actualidad
y sirve para el disfrute de grandes y pequeños, y está cargado de humor e
ingenio, frente a la inocencia infantil.
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