La balada de los unicornios
Texto: Ledicia Costas
Ilustración: Mónica Armiño
Colección Narrativa Juvenil
ISBN 978-84-698-4733-6
140 x 210 mm, 192 páginas
12,50€, (+ 14 años)
2018.
Por José R. Cortés Criado.
Me gusta mucho como escribe Ledicia Costas. Tiene una
imaginación desbordante y crea imágenes de lugares que me atrapan. Y no salgo
de mi asombro cuando leo sus elucubraciones o fenómenos paranormales de su
novela.
Cuando creo que ya ha alcanzado un nivel de imaginación
difícil de superar, paso la hoja y me encuentro en otra situación más hilarante
que la anterior y sigo leyendo sin descanso. Es un buen ejemplo de ciencia ficción especulativa o
steampunk.
El tema de este libro es la lucha del bien y el mal. Ese
enfrentamiento eterno entre las reinas buenas, que son unicornios que adoptan
formas humanas para reinar. Son delicadas, sensatas, curiosas, educadas…, en
suma, maravillosas mujeres dignas de regir un reino. En este momento gobierna
la Reina Albina.
Frente a ellas la malvada, Cornelia, una córvida, toda de
negro con sus hijos, miles y miles de negros curvos y otras tantas arañas que
están por todas partes para recabar información para su ama e intentar dominar
el reino de los unicornios.
Esta es la directora de la genial Escuela de Artefactos y
Oficios; en esta institución están los jóvenes más brillantes, tan pronto crean
sombreros voladores como casas motorizadas.
La protagonista de esta historia, Agata McLeod, también se
fabricó su acompañante, un robot llamado Tic-Tac que la acompaña siempre y
posee tanta información que sin él ella tardaría mucho más en realizar algunas
de sus hazañas.
A lo largo de las páginas vamos conociendo a la
protagonista y a su gran amigo, León, y a un sinnúmero de personajes a cual más
raro. Poco a poco la trama se va entrelazando con las diversas historias que la
componen y todo termina cuadrando al final del relato.
La malvada Cornelia quiere extraerle todos los poderes de
su gran inteligencia a León, que cada vez se debilita más y se vuelve de color
azul. Ya sabemos que los escarabajos de la caverna cuando se van coloreando de
azul es que su vida va llegando al final. Cuando se azul es muy intenso, el
viejo cuidador se los come y ese ser ha fallecido.
Cornelia también tiene a su servicio a un destripador para
apoderarse de cuerpos de mujeres difuntas y devolverles la vida; y, por
supuesto, sus cuervos, sus arañas y sus malas artes para hacer el mal.
A lo largo de las páginas Ágata lucha contra miles de
obstáculos para poder salvar a su amigo, y al hermano pequeño de este, que
también está en el mismo centro de estudios.
Para poder localizar al viejo que come los escarabajos, la
única persona que puede devolverle la vida a León, antes ha de llegar al país
de los perros, ahí se han invertido los papeles de nuestra civilización, los
perros temen a los humanos y los llevan sujetos de una cadena mientras andan a
cuatro patas; estos le indican el camino a cambio del compromiso de Ágata de
fabricarle unas patas a la hija del rey, perrita que fue apaleada por un humano
y no puede caminar.
El anciano que controla la vida de León vive sobre la
cabeza de un gigante que duerme plácidamente y es difícil de localizar y cuando
Ágata llega ante él empieza a comprender el porqué está encerrada en la
institución de Cornelia, la que cree que es su tía. El viejo le aclara cuál es
su identidad y muestra la relación entre el viejo, Cornelia y Ágata. También la
informa de que su ojo mecánico es obra de él. Sus ojos originales los conserva
Cornelia.
El ingenio, la magia, la inteligencia y la lucha entre el
bien y el mal, llevan al lector a una sociedad con algunas semejanzas a la
nuestra, pero con un potencial creativo mucho mayor, donde la vida trascurre
entre la magia blanca y la magia negra.
Es un buen libro que me ha hecho pasar una buena tarde.
Menos mal que el final se queda abierto y se vislumbra que habrá más partes de
esta pareja. Ágata y León tienen vida para rato y capacidad de inventar suficiente
como para tenernos ocupados más de una tarde.
Fantasía y ciencia se dan la mano en estas páginas
ambientadas en la ciudad de Londres durante la época vitoriana, de ahí la
presencia de Jack el Destripador como malvado personaje que está en ese laberinto
de mundos y animales mitológicos y personajes muy pintorescos que envuelven al
lector en ese mundo sórdido, nocturno, al que quieren combatir con la luz de
los unicornios y la bondad de sus almas.
Este libro está ilustrado por Mónica Armiño que ha realizado
un dibujo en blanco y negro para la presentación y otro para el cierre de cada
capítulo. A pesar de su pequeño tamaño, se aprecia la calidad de los trazos y
se observan la multitud de detalles que conforman cada imagen.
La editorial Anaya ha cuidado mucho la presentación de este
volumen, ganador del Premio Lazarillo 2017, cuidando la imagen de la portada de
cartón duro, con guardas llenas de engranajes en unos tonos tierras muy
agradables y sus múltiples ilustraciones.
Si quieres conocer otros tres títulos de esta escritor pincha sobre sus títulos: Escarlatina, la cocinera cadáver, Verne y la vida secreta de las plantas, y Esmeraldina la pequeña fantasma.
Si quieres conocer otros tres títulos de esta escritor pincha sobre sus títulos: Escarlatina, la cocinera cadáver, Verne y la vida secreta de las plantas, y Esmeraldina la pequeña fantasma.
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