El cuerpo
deshabitado
María
Menéndez-Ponte
Colección Algar Joven
13 x 20,5 cm, 256 páginas
2015
Por José R. Cortés Criado.
María
Menéndez-Ponte ha sabido hilvanar una historia muy actual y verídica alrededor
de una chica de segundo de bachillerato que tiene la autoestima por los suelos
desde siempre.
La primera
parte de la novela toma una agilidad narrativa que te lleva a la velocidad del
rayo a devorar página tras página esperando que la protagonista, Aldara, diga
basta y se rebele ante su falsa amiga, la súper estupenda que no tiene
escrúpulos en utilizar a los demás para conseguir todo lo que se propone.
La segunda
parte diversifica la temática, aunque esa lucha interna de Aldara por ser ella
y poder salir del pozo donde se hunde sin remisión es la idea central;
alrededor está el primer amor, el primer desengaño, los verdaderos amigos, las
relaciones familiares, la homosexualidad masculina, la homofobia, el sobrepeso,
la bulimia y su salto al mundo universitario con todos los cambios que ese
hecho conlleva.
Sin duda, un
libro de esperanza para las muchas Aldara que existen en multitud centros
educativos del mundo, que por no tener un cuerpo de los que las normas sociales
consideran espectacular renuncien a ser ellas mismas, a su identidad e intenten
mimetizarse con el entorno y pasar desapercibidas a los ojos de los demás,
aunque no lo consigan por su volumen o tamaño.
A lo largo
de las páginas está muy presente el amor, el que ella siente por el chico que
la ignora, Pablo, que cuando le hace caso no es lo que ella esperaba y por
Demian, que desde un inicio sabe valorar a Aldara.
De apoyo a
esta presencia son los versos introductorios de cada uno de los cuarenta y dos
capítulos, todos ellos extraídos de Romeo
y Julieta de Williams Shakespeare; la protagonista sueña con ser Julieta en
la función teatral del colegio. A lo largo de las páginas también se cita a
Herman Hesse y a Quevedo, junto a otras referencias literarias y musicales.
La autora
escribe la historia en primera persona y asume la identidad de Aldara con tanta
naturalidad que desde su inicio crees estar leyendo lo escrito por una joven,
por sus expresiones, su lenguaje y manera de plantear sus problemas; aunque sea
de una joven buena lectora que sabe de literatura, música y arte; no en vano es
matrícula de honor de su curso.
Este libro
no dejará indiferente a los lectores.
Si quieres leer la crítica de otro libro de María Menéndez-Ponte, pincha aquí.
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