La niña de los pájaros
Texto: Mónica Rodríguez
Ilustraciones: Eva Vázquez
Editorial Lóguez
ISBN: 978-84-124914-9-4
140 x 220 mm, 124 páginas
Tapa dura, 14,49 €
(+ 10 años), 2024.
Por José R. Cortés Criado.
“Ahora que soy un viejo y que la casa no tiene corral ni salón de paso ni basurero ni lilo, ahora que los tiempos son otros, a veces pienso en la niña de los pastores y en aquel extraño pájaro que salió revoloteando del jardín de la Casa Grande.” Mónica Rodríguez: La niña de los pájaros.
El protagonista de la novela, es un anciano que rememora su infancia en los campos de Calatrava. Con la serenidad que le dan los años, nos cuenta cómo fue su infancia y la de sus coetáneos, en un entorno natural, donde la dureza de las tareas cotidianas en el campo o en el hogar, la íntima comunión con la naturaleza, especialmente con los pájaros, se muestran como algo habitual.
Al joven le gustaba tener pájaros en casa, ya sean jilgueros, palomas, perdices, cernícalos, urracas y hasta un búho consiguió juntar, aunque lo que ansíaba de verdad es poseer una cigüeña. El búho fue un regalo de un pastor, era un ave misteriosa, ya que cada vez que se lo llevaba a su casa, se le escapaba y volvía junto a la niña huérfana que convivía con los pastores. Niña y búho tienen un filin muy especial.
El protagonista se siente atraído por la niña y su misterio. Nadie sabe quién es. Solo que hace la trashumancia como un pastor más y que la envuelve un halo extraño. Esa intriga se mantiene a lo largo de las páginas y aún, en la vejez, mantiene su recuerdo fresco.
Mónica Rodríguez nos cuenta esto y mucho más, porque asistimos, en primera línea, a las relaciones familiares, a la soledad del campo, a la tranquilidad de la noche, a la dureza en los juegos infantiles, ya sea apedreándose entre ellos por aburrimiento o cazando pájaros con balines, o someterlos a ciertos actos brutales; y a la realidad de aquella época, cuando se ofrecía alcohol a los niños, los pastores aparecían todos los años, la faena del campo era muy dura…Recuerda con sus acertadas palabras pasajes propios de Miguel Delibes o Sánchez Ferlosio.
El texto, de frases cortas, diálogos precisos y breves descripciones nos muestran una gran sensibilidad literaria y una buena carga de lirismo que nos dan a conocer a los personajes, tantos principales como secundarios y los sentimientos que los envuelven, haciendo de sus páginas un relato vivo, íntimo, sincero y realista.
Las ilustraciones de Eva Vázquez muestran los cielos azules y los campos verdes con mucha intensidad y semejan ventanas luminosas llenas de ganas de disfrutar del entorno natural.
Un buen libro que ha sido distinguido por el Premio Fundación Cuatro Gatos 2024, demostrando su valor literario intemporal y que gustará a cualquier lector que se sienta atraído por el estilo sugerente y poético de la escritora.
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