Arley y Tapper: una aparición estelar
Texto: Tom Ellen
Ilustración: Phil Corbett
Editorial Anaya
ISBN: 978-84-143-3520-8
150 x 119 mm, 288 páginas
12,95 €, (+ 8 años)
2024
Por José R. Cortés Criado.
“La vida siempre nos pone en situaciones locas, así
que tendríamos que aceptarlo. Animarnos y afrontar las cosas. Porque al final
las aventuras terminan bien.” Tom Ellen: Arley y Tapper. Una aparición
estelar.
Este libro nos trae una disparatada historia a medio camino de una novela y un cómic, donde se suceden una serie de hechos insólitos que nos tienen en vilo hasta su desenlace.
El protagonista es un chico, Finn Morris, que sueña
con ser un dibujante de cómics. En clase de Matemáticas se le va el santo al
cielo cuando coge su cuaderno y un lápiz. La profesora le llama la atención y
él interrumpe la última historia en un momento crucial. Un autobús lleno de
gatitos está a punto de caer por un barranco.
La llamada de atención de la profe trae consigo
cierto revuelo y el matón de la clase y sus esbirros deciden reírse del chico
dibujante, al que esperan en la calle, ridiculizan y tiran el cuadernillo con
sus historietas a un espino bajo la lluvia.
Finn se siente triste, humillado, perdido… y decide
no volver a dibujar. Su problema lo corroe. No quiere preocupar a sus padres
que tienen otros problemas más importantes, ni tiene amigos en el colegio. Está
claro que dibujar es un problema.
Cuando intenta poner orden en su vida, los
protagonistas de sus historias, Arley y Tapper aparecen en el colegio. Finn
intenta que pasen desapercibidos, pero los ve el matón de la clase, que se
parece a un personaje, el profesor Comepedo, y sufre tal ataque de pánico que
llora como un desconsolado y pierde su dura imagen.
Arley y Tapper solo le traen problemas a Finn, que si
no quieren encerrarse en el armario de su dormitorio, que si organizan una
guerra de almohadas, que si se tiran galletas de chocolate, que si…, hasta se
ponen los chubasqueros de los padres de Finn y se plantan en el colegio. La
solución a su problema es devolverlos a “cocmilandia” y ese es su nuevo empeño.
Los dos personajes son muy graciosos, sus
armas defensivas son el “tiromoco” y el “girocola”. Cómo podemos imaginar el
primero tiene que ver con lo que echamos por la nariz y el segundo con la cola
del otro personaje.
El lenguaje de libro es desenfadado, el autor inventa
palabras nuevas y hace juego con otras como: “cacamonos”, poder “tomatoso”,
“Pokitín”, “cinitrotofantillones de libras”, “Barbicómico” o “tremebundinosa”.
La mezcla de texto y dibujo es muy acertada. Se
mezclan escenas de cómic con la prosa, pequeños dibujos con otros grandes,
adornos en muchas páginas, líneas cinéticas, onomatopeyas con formas
llamativas, tipo y tamaño de letras variadas, que hacen agradable su lectura.
Los jóvenes lectores disfrutarán de las
superingeniosas escenas narradas y captarán el humor y la ironía a lo largo de
las páginas.
Los dibujos en blanco y negro de Phil Corbett son
geniales. Tienen mucha fuerza y muestran las escenas llenas de vida.
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