Un
acercamiento a Gianni Rodari a través de siete de sus obras.Texto: José R. Cortés Criado.
Este
año celebramos el centenario del nacimiento de Gianni Rodari, el cuadragésimo
de su fallecimiento y el quincuagésimo de la obtención del Premio Hans
Christian Andersen; y lo hacemos para demostrar que su enseñanza sigue siendo
una apuesta de futuro, porque las grandes obras perduran y la suya lo es.
Hablar
de Ginanni Rodari es hablar de creatividad, fantasía, divertimento,
imaginación, juego, enseñanza… y de cambio social. Siempre tuvo presente en sus
textos que debía educar de forma divertida y dar un mensaje esperanzador a las
futuras generaciones. Sus ideas pedagógicas consiguieron cambiar los métodos
educativos tradicionales y dieron una nueva vitalidad al mundo de la
enseñanza.
Para
mí fue un referente importante en mi vida profesional. Cuando descubrí su libro
más conocido: Gramática de la fantasía.
Introducción al arte de inventar historias, provocó una ola de cambios en
mi forma de enseñar y siempre he vuelto a él cuando he buscado llevar a cabo
algunos cambios en mis clases o he querido organizar alguna actividad
extraordinaria.
La Gramática de la fantasía es una puerta
al desarrollo de la creatividad. Gianni Rodari escribió:
La función creadora de
la imaginación pertenece al hombre común, al científico,
al técnico; es tan necesaria para los descubrimientos científicos como para el nacimiento de la obra de arte; es
incluso condición necesaria de la vida cotidiana... (Rodari, 1979, p. 192).
Adentrarse
en la Gramática de la fantasía es
descubrir un mundo de sorpresas donde todo es posible y el lector encontrará
múltiples posibilidades de jugar con las palabras. Es un manual escrito después
de observar a muchos niños mientras el propio autor les contaba historias. De
esa observación sale este libro pensado para maestros, madres, educadores y
cualquier persona que trabaje con niños.
En
sus páginas leeremos sobre los errores creativos. Muchas veces nos dedicamos a
corregir el error gramatical o de significado, sin tener en cuenta que puede
ser la fuente de una historia sin fin. Si un alumno escribe pitola en vez de pistola, comenzaremos
una conversación espectacular, ya que podemos idear un arma que dispare besos,
flores, cosquillas o gominolas. Esta técnica del error creativo está presente
en más de uno de sus libros.
También
desarrollará nuestra imaginación si unimos un binomio fantástico, por ejemplo:
perro y percha, para generar una historia disparatada; ni que decir tiene, que
un buen prefijo arbitrario puede dar pie a grandes palabras: descañón puede definirse como arma que
ha acaba con todas las guerras o se pude construir un Limerick como este: Un
maestro de escuela / que enseñaba trigonometría / vivía feliz y contento / por
lo mucho que sabía / el sabio maestro de Alejandría.
Gianni
Rodari es un maestro en el sentido más amplio de la palabra y descubre que una
historia divertida puede surgir de un simple error en una tarea cotidiana: que
la mamá se lleve la cuchara de la comida
a la oreja o el papá se ponga los zapatos en las manos. Estos simples
motivos van a dar lugar a historias disparatadas cargadas de humor, que harán
reír a los pequeños cuando descubren que los mayores también comenten errores
al hacer cosas nimias.
Igualmente
se puede seguir jugando siguiendo el libro con falsas adivinanzas, construyendo
adivinanzas nuevas, contando fábulas al revés, creando ensaladas de fábulas,
historias para jugar, equivocar las historias y hasta utilizar un juguete como
protagonista o podemos pasar a otro de sus grandes libros: Cuentos para jugar.
Rodari,
que se definió como inventor de historias para niños, escribió este libro para
ser narrado en un programa radiofónico. Estos cuentos cortos están escritos de
forma amena y ofrecen tres finales diferentes, para que cada receptor elija el
que considere más adecuado.
El
volumen está compuesto por veinte cuentos cortos, además de un prefacio con las
instrucciones para el uso del libro y un epílogo, que recoge los finales
elegidos por el autor. Además, justifica el rechazo de dos de ellos y el motivo
por el que escogió uno, todo ello expuesto para que los lectores puedan
comparar su elección con la del escritor.
Con
este libro el alumnado pueden disfrutar de la lectura, ya que se lee
cómodamente al ser una recopilación de cuentos cortos y, además, por estar
escrito para ser leído.
Igualmente
pueden desarrollar la capacidad de crítica y de análisis, tarea fácil si
comparamos estas historias con los cuentos tradicionales en los que fueron
inspirados; algunos de ellos con títulos tan sugerentes como: “Pinocho el
astuto”, “El perro que no sabía ladrar”, “Taxi para las estrellas” o “El
flautista y los automóviles”.
Incluso,
puede potenciar la creación literaria, simplemente, siguiendo las indicaciones
del pedagogo italiano tras la lectura de los tres finales de cada cuento: “el
lector lee, mira, piensa y si no encuentra un final a su gusto puede
inventarlo, escribirlo o dibujarlo por sí mismo. ¡Que os divirtáis!” (Rodari,
2012, p. 8).
Todas
sus historias tiene finales abiertos y los lectores escogerán el que más les
guste y algo aprenderán además de leer, ya que, no solo ofrece unos finales
abiertos, si no que deja alguna que otra enseñanza, valga como ejemplo esta
cita de “El perro que no sabía ladrar”:
Había una vez un perro
que no sabía ladrar. No ladraba, no maullaba, no mugía, no relinchaba, no sabía decir nada. Era un perrillo
muy solitario, porque había caído en una región sin perros. Pero él no se
había dado cuenta de que le faltaba algo. Los
otros eran los que se lo hacían notar. (Rodari, 2012, p. 14).
Otro
libro muy interesante de Gianni Rodari, genio revolucionario
de la literatura infantil y la pedagogía, es El libro de los errores. Como dice su autor:
Espero que se me permita que un libro para niños vaya dedicado a los
padres y a las madres de familia,
y también a los maestros y a las maestras: en resumen, a los que tienen la tremenda responsabilidad de
corregir (sin equivocarse) los errores más
insignificantes de nuestro planeta (Rodari, 2020a, p.6).
Este libro, como su nombre indica, se ocupa de los errores que
cometen los escolares a la hora de escribir y está dividido en tres partes.
Algunas faltas saltan a la vista nada más abrir las páginas, otras se
encuentran al leer alguna adivinanza; todos estos textos están escritos en
prosa o en verso y tienen un objetivo común: que los niños aprendan riendo de
los errores y no llorando.
La primera parte lleva por título “Errores para un lápiz rojo”.
Aquí vamos a conocer al profesor Gramáticus, que siempre está atento y salta
ante cualquier falta de ortografía y los gemelos terremoto: Marco y Mirco, que
no tienen el más mínimo respeto por las faltas de ortografía, y sabremos que
las cosas imperfectas pueden ser perfecta, como la famosa torre de Pisa, y
conocer las ovegas que balan en el campo, el pero que ladra muy
bien, la máquina chupaerrores, la calle de los gazapos o el ladrón de
erres.
La segunda parte titulada “Errores de pensar poco”, nos muestra
las armas de la alegría, el hombre más bueno del mundo, el eco que nunca se
equivoca, las cabezas huecas y el burro volador. Casi todos estos relatos tiene
su moraleja, en el último hace referencia a una familia muy pobre, cuyos hijos
preguntaban cuándo iban a ser ricos. La respuesta siempre era la misma, cuando
el burro volase, así que el día que hubo una inundación y sacaron al burro en
helicóptero, los niños pensaron que ya eran ricos.
En la tercer parte, “A buscar el error”, el autor pide al lector
que deduzca una respuesta de los textos leídos; así, se podrá saber cuál es el
colegio más grande del mundo, el porqué a un tenor le prohibieron cantar, se conocerá
la canción patas arriba y se viajará con los magos y hasta se descubrirá
quiénes fueron los etruscos.
Libros como este despiertan la imaginación de grandes y pequeños;
no en vano, su autor dice: (Rodari, 2020a)
Los errores están en los dictados y en el
mundo, por ello, a veces, justifica alguna falta porque el niño no está pensando en la ortografía, si no en
las necesidades que tiene su familia
o en la cantidad de cosas que tiene algunas muñecas y las que necesitan muchas niñas.
En la introducción al volumen, el innovador pedagogo escribió:
Hace
mucho tiempo que reflexioné sobre las faltas de ortografía, primero como escolar, luego como maestro y,
después, como fabricante de juguetes, si se me permite
llamar con ese bonito nombre a mis recopilaciones de cancioncillas y cuentecitos (Rodari, 2020a, p. 5).
Al maestro italiano le gusta hacernos reflexionar sobre la
necesidad de educar a los niños dándoles conocimientos de todas las materias
escolares y, además, educarles en la justicia, la honradez, la solidaridad y la
franqueza.
El
afán que movía a Rodari para fomentar la creatividad no tiene límites y en su
obra Érase dos veces el barón Lamberto,
vuelve a incidir en ello: "Cada
lector descontento con el final puede cambiarlo a su gusto añadiendo al libro
un capítulo o un par de ellos. O también trece. Jamás hay que dejarse asustar
por la palabra." ( Rodari, 2007, p. 162).
El protagonista de esta historia es un señor que,
cuando es muy mayor, encuentra la manera de sobrevivir a los achaques propios
de la edad, se rejuvenece y hasta llega a resucitar gracias al poder que le
confieren seis personas que no cesan de nombrarlo noche y día.
En
este libro, como en otros muchos, Rodari
juega con la imaginación. Nos lleva a su mundo de fantasía. Hace juegos
malabares con las palabras, crea equívocos, trabalenguas, situaciones absurdas,
a pesar de dotar el cuento de numerosos datos y someras descripciones que dan
un barniz de realidad a esta historia que nos divierten ante la sorpresa de su
final.
Y
como suele hacer en sus libros, también
nos da una lección de ética para entender el mundo, repasando el valor
que debemos darle a las cosas materiales, al servilismo de algunas personas, al
egoísmo de otras, a la falta de escrúpulos..., en fin, que sin remarcarlo, el
lector ve desfilar las distintas condiciones humanas.
Otros
de sus títulos, Retahílas de cielo y
tierra, nos trae unos
disparatados versos, tiernos, líricos, irónicos a veces y, otras, muy
profundos, ya sea por medio de la
familia Puntoycoma o de Miguelín Quecabezalamía.
El
lector se adentrará en un mundo donde prima lo fantástico y la crítica al mundo
de hoy; todo ello envuelto en un lenguaje colorista, espontáneo y hasta
comprometido. Las palabras del autor no dejarán indiferente al lector que
sonreirá o se quedará pensativo al leerlo.
Sirvan como ejemplo estos versos que
llevan por título Pan: “Si fuera panadero / un pan quisiera hacer / que fuera
suficiente / para toda la gente / que no puede comer.” (Rodari, 2015, p. 96).
El autor se atreve con sucesos
cotidianos como los oficios, los animales, los viajes en tren, pero, también,
lo hace con los personajes de los cuentos populares y nos presenta otros
nuevos, jugando con el equívoco que provoca el cambio de alguna letra, esto nos
recuerda el error creativo que tanto utilizó en sus exposiciones, de ese modo
podemos conocer a Blancanaves, Cenicera o el Gato con Batas.
Incluso le desea lo mejor que se le
ocurre a los lectores en su texto titulado Esperanza: “Si abriera una tiendita,
/ adivina adivinanza, / ¿sabéis lo que vendería? / Solo esperanza.” (Rodari,
2015, p. 42).
Adentrarse en Las mejores historias y rimas de
Gianni Rodari para los más pequeños
es hacerlo en una selección de historias y rimas que muestran situaciones extraordinarias,
aventuras sorprendentes, viajes imaginativos, personas curiosas y animales
únicos, que seguro divierten a los pequeños lectores.
Así podemos conocer una vaca algo traviesa: “Mi vaca
es azul turquesa, / se llama Perete, / le gusta ir en tranvía / sin pagar el
billete” (Rodari, 2020b, p. 95). o los disparatados
ejercicios que debe resolver un grupo de alumnos: “Halla el perímetro de la
alegría, / la superficie de la libertad, / el volumen de la felicidad.”
(Rodari, 2020b, p. 42).
Este volumen está dividido en cinco capítulos. El
primero se ocupa de “Los días y las estaciones”, y podemos leer asuntos
relacionados con el invierno, la nieve, el carnaval... El
segundo se ocupa de acontecimientos ocurridos en clase, ya sea sobre el primer
día de colegio, de los profesores, de los alumnos o del bedel. Se titula
“Historias entre pupitres”. Con el tercero: “De viaje con la imaginación”,
visitaremos la casa de helado, recorreremos el camino de chocolate, veremos el
árbol cuyos frutos son zapatillas o la sublevación de las máquinas. El cuarto,
“Historias con bigote y cola”, está dedicado al mundo animal y abarca desde el
oso bandolero, al elefante equilibrista, pasando por el ratón que se comía al
gato. El quinto: “Encuentros extraordinarios”, nos da a conocer a una serie de
personajes fantásticos llenos de vida como el mejor hombre del mundo, el
hombrecillo de la lluvia o Dick Dateprisas.
Cada
apartado es una puerta abierta al mundo de la imaginación. Ya sea por medio de
rimas o por textos escritos en prosa; todos nos animan a leer y a ver la
realidad desde otro ángulo. La genialidad de Rodari es hacer que los lectores,
grandes y pequeños, abramos nuestra mente a otra dimensión y participemos en el
juego de su mundo fantástico, donde la realidad puede ser distinta a la que
pensamos.
Otro
libro emblemático del periodista, pedagogo, educador y maestro italiano, que
lleva una portentosa carga de sabiduría y amor paternal es Cuentos por teléfono.
El
título tiene que ver con las vicisitudes de un señor que se gana la vida como
viajante de comercio y pasa seis días a la semana fuera de casa, y la necesidad
de su hijita, que no puede conciliar el sueño si su padre no le cuenta un
cuento antes de irse a la cama. Por tanto, el señor debe llamar todas las
noches a casa para contarle una conseja a su hijita. Hay días que tiene muchas
ganas de hablar y ofrece un relato extenso, otras veces está cansado o
desganado y lo es breve pero, cada noche, la niña se dormirá escuchando la voz
de su padre.
El
padre habla de seres imaginarios, de lugares increíbles o de sucesos
imposibles, y cada relato lleva un mensaje de alegría, crítica o reflexión
narrado de forma muy amena.
Rodari
utiliza el humor y la ironía para criticar aspectos de la sociedad que no le
agradan por medio de historias sencillas como las recogidas en este libro
tituladas: “El edificio que había que romper”, “A tocar la nariz del Rey” o
“Vamos a inventar números”.
En
el prefacio se puede leer: “Me han dicho que cuando el señor Bianchi
telefoneaba a Verese [su hija], las señoritas de la telefónica suspendían todas
las llamadas para escuchar sus cuentos. ¡Claro! Algunos son tan bonitos….”
(Rodari, 2012, p. 5).
El
libro se cierra con un relato breve titulado “Historia universal”, que nos
recuerda que, al principio, la Tierra estaba llena de fallos, no había puentes,
ni caminos, ni sillas, ni botas, ni balones, ni macarrones…, pero que el
esfuerzo del ser humano remedió muchos de esos fallos, y nos avisa, al final
del texto, de que no todos se subsanaron y nos anima a hacer de este mundo un
lugar mejor escribiendo: “Pero todavía quedan muchos por corregir:
¡arremangaos, que hay trabajo para todos!” (Rodari, 2012, p. 231).
Si
con los alumnos que ya saben leer de corrido, Rodari muestra una gran variedad
de actividades divertidas para generar historias, con textos breves para
primeros lectores o no lectores, también muestra su buen hacer generando
situaciones creativas a través del juego como ocurre en este álbum ilustrado.
Esta
última cita es del ejemplar diseñado por Silvia Bonanni e inspirado en un poema
que vio la luz en el libro Retahílas de
cielo y tierra titulado “¿Qué hace falta?”
Rodari
nos lleva a una concatenación de deducciones lógicas partiendo de una mesa y
llegando a una flor. Y es que para
hacer una mesa hace falta madera, lógicamente; pero para obtener madera, hace
falta un árbol; para obtener un árbol, hace falta una semilla… Este
silogismo te aboca hasta la flor, origen de todo lo demás. Menos mal que no
preguntó de dónde surgió la flor porque entonces esta tarea hubiese sido
interminable.
El ritmo del texto crea una estructura circular
cargada de belleza y sonoridad, mezcla de poesía y juego creativo que
nos lleva de la máximo a lo mínimo. De un mueble acabado hasta su esencia en la
naturaleza. De lo grande a lo pequeño en un viaje genial.
Sirvan
estos comentarios para poner en valor la figura del este italiano universal,
que supo transformar la educación para que la enseñanza fuese más grata a los
niños y los educadores tuviesen en sus manos unas herramientas capaces de
formar mentes infantiles para un mundo mejor.
Bibliografía:
Rodari,
G. (1979). Gramática de la fantasía. Barcelona, España: Editorial Avance
Rodari,
G. (2007). Érase
dos veces el barón Lamberto. Barcelona,
España. Editorial laGalera
Rodari,
G. ( 2012). Cuentos por teléfono. Barcelona, España: Editorial Juventud
Rodari,
G. (2015). Retahílas de cielo y tierra. Madrid, España. Editorial SM
Rodari,
G. (2020a). El libro de los errores. Barcelona, España: Editorial Juventud
Rodari,
G. (2020b). Las
mejores historias y rimas de Gianni Rodari para los más pequeños. Madrid, España, Editorial Anaya
Rodari,
G. (2020c). ¿Qué hace falta? Pontevedra, España. Kalandraka Editora
José
R. Cortés Criado, nacido en Melilla, España, ha dedicado toda su vida a la
enseñanza. En sus inicios como Maestro de Enseñanza Primaria y después como
Profesor de Enseñanza Secundaria. Ha impartido cursos, conferencias y ponencias
sobre la LIJ en numerosos Centros del Profesorado, Universidad de Málaga y
Centro Andaluz de las Letras. Posee los títulos de Maestro, Licenciado y
Doctor. Su tesis doctoral titulada: “El compromiso social en la obra de Jordi
Sierra i Fabra 1983-2003”, está dedicada a uno de los grandes escritores
españoles de Literatura Infantil y Juvenil y obtuvo el Premio Extraordinario de
Doctorado. Actualmente escribe sobre Literatura Infantil y Juvenil en su blog http://unabrazolector.blogspot.com/
Si te interesa acceder a la Revista Miradas y Voces de la LIJ pincha aquí.