La señorita Bubble: Aventura bajo cero
Texto: Ledicia Costas
Ilustración: Andrés Meixide
Editorial Anaya
ISBN 978-84-698-6638-2:
130 x 200 mm, 128 páginas
12,95 €, (+ 10 años) 2020.
Por José R. Cortés Criado.
La señorita Bubble, gran inventora
que va por el mundo solucionando problemas a los demás, en esta ocasión se ha
instalado en Laponia con su hijo Vincent. La vida transcurre plácidamente hasta
que un grupo de pingüinos acuden en su ayuda.
No se lo podía creer, cientos
y cientos de aves marinas no voladoras aguardaban en la puerta de su casa y
otros muchas más venían de camino; y, por si esto era poco, tenían mucho calor,
necesitaban bajar la temperatura de sus cuerpos, aquí no podían vivir ni alimentarse.
Bubble comenzó a maquinar cómo
salir de este problema. Lo primero refrigerarlos urgentemente, lo segundo pedir
toneladas de pescado fresco para que no falleciesen de hambre y lo tercero,
crear una pista de hielo donde puedan jugar, correr y estar fresquitos.
Después se planteó otros
temas: ¿Cómo llegaron los pingüinos a Laponia? Su sitio era en el Polo Sur, donde
las temperaturas son mucho más baja que en el Polo Norte. Resulta que fue un
capricho de Papá Noel, y estos pobres animales estaban pagando las consecuencias
y protestaban con razón.
También se unieron a la
protesta los elfos, Papá Noel no los trataba bien. Los utilizaba para lanzarlos
contra la diana, los golpeaba en un juego como si no fuesen seres vivos…, en
fin, estaban hasta el gorro de Papá Noel, y no eran los únicos, Mamá Noel, igualmente,
se marchó de su lado.
A todo esto se acercaban las
fechas navideñas. Había que fabricar juguetes y repartirlos. Papá Noel estaba
muy cambiado, no tenía interés en los juguetes, no le preocupaba que sus fábricas
contaminasen el mar y les fastidiase la vida a otros animales, maltrataba a los
elfos, se trajo a los pingüinos, tenía descontento a los renos… Así que todos
estos afectados decidieron hacerle una huelga a Papá Noel e incluso lo llamaron
Papá Cruel.
Bubble intentó mediar y fue
encerrada. Menos mal que la señorita Bubble era capaz de inventar cosas
imposibles, solucionar problemas casi irresolubles, repartir juguetes en una
noche por todo el mundo y tener contento a todos.
Original historia en la que
vemos un Papá Noel atípico, ya que no es el anciano gracioso, cariños y bondadoso
al que estamos acostumbrados, es un viejo que pasa de sus tareas anuales, que
no le preocupa la contaminación, ni los animales que tiene cerca y, al final,
le quitan su papel y lo obligan a realizar tareas que hacían antes los elfos.
El libro está ilustrado por Andrés Meixide que nos muestra unos personajes muy simpáticos y coloristas. Las láminas están llenas de pequeños detalles que dan la posibilidad de otra lectura al texto.
Simpática trama que te hace
ver la historia que nos han contado siempre desde otra perspectiva mucho más
humana y menos bondadosa.
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