¡Qué
maleducado!
Texto:
Clare Helen Welsh
Ilustración:
Olivier Tellec
Editorial Bruño
Editorial Bruño
ISBN:
978-84-696-2779-2
250
x 250 mm, 32 páginas
15
€, (+ 3 años) 2020
Por
José R. Cortés Criado.
“—¡Ufff,
vaya estropicio! — exclama Cuacuá.
—¡Ay,
ay..., la que hemos liado!—se lamenta Noa.” Clare Helen Welsh:
¡Qué maleducado!
Noa
es una chica muy simpática que recibe en su casa a su amigo Cuacuá,
un pato, la niña se alegra de tener visita pero desde que aparece
por la puerta no le agrada cómo actúa su amigo.
Entró
en casa sin saludar ni limpiarse las patas en el felpudo; en cuanto
vio la merienda tiró al suelo su abrigo y su gorro, puso las patas
sobre la mesa y comenzó a ponerle pegas a la comida, comió sin
modales, hizo comentarios desafortunados y hasta se bebió el agua
del jarrón de las flores, no pudo esperar a que el cacao estuviese
listo.
Noa
no para de repetirse a sí misma: “¡Qué maleducado!” y está
tan harta de su actitud que cuando Cuacuá ve la tarta de fresa y se
lanza a por ella, Noa se lo impide, se la come y le ofrece la
migajas, entonces el amigo piensa que Noa es una maleducada.
Ambos
reaccionan, valoran lo sucedido y deciden modificar sus hábitos para
una mejor convivencia. Al final las buenas maneras superan los
problemas para que una amistad no se vea rota por naderías.
Esta
sencilla historia donde aparecen solo dos personajes muestra
situaciones que suelen darse entre algunos jovencitos que no calculan
hasta dónde puede llegar la confianza en casa ajena.
Los
diálogos son amenos, abundan expresiones corrientes y onomatopeyas
para manifestar los sentimientos de ambos; incluso el ilustrador
representa el enfado de la niña con un nubarrón negro sobre su
cabeza. También se juega con el tamaño de las letras y el uso de
las mayúsculas para los enfados, dando así expresividad a las
palabras.
Los
protagonistas están dibujados de forma sencilla, casi esquemática y
las escenas se pintan sobre fondos blancos, eliminando decorados de
interiores, destacan el pato y la niña, la mesa, las sillas, las
flores y los dulces preparados para la merienda.
Los
dibujos dejan ver el contorno del grafito de todos los elementos
dibujados que están rellenos de colores alegres, tanto para el
amarillo del pato como el rojo de la vestimenta de Noa, sin olvidar
el colorido de los dulces y de las flores.
Simpático
álbum ilustrado que hará las delicias de los pequeños lectores;
más de uno se verá reflejado en sus protagonistas y seguro que
aprenderá a modificar su conducta cuando acuda invitado a casa de un
amigo.
Al
final ambos aprenden a respetar al otro y a pedir las cosas por favor
y utilizar palabras para pedir disculpas, como ha de ser en una
convivencia normal entre personas.
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