La gallinita Kika y el elefante sorpresa
Texto e ilustraciones:
Texto e ilustraciones:
David Ezra Stein
Traducción: Susana Tornero Brugués
Traducción: Susana Tornero Brugués
Colección Álbumes ilustrados
ISBN 9788426145130
275 x 228 mm, 40 páginas
14,50 €, (3 años), 2018.
Por José R. Cortés Criado.
Kika, la gallinita roja volvió a casa del
colegio y le contó a su padre que lo pasó muy bien y que la maestra le dijo que en todos los cuentos hay un elefante sorpresa. Su padre piensa que la hija escuchó mal y que se referiría a un elemento sorpresa.
Kika insiste en los elefantes y que debe encontrar tres cuantos con esa sorpresa; su padre, para demostrarle su equivocación, se propone a leerle tres cuentos clásicos para comprobar que en ellos no aparece ningún paquidermo.
El padre comenzó la lectura de El patito feo y cuando llegó al pasaje en el que este vio su reflejo en el agua, y exclamó..., fue interrumpido por Kika que gritó: ¡Sorpresa! ¡Soy un elefante!
En la segunda lectura, Rapunzel, cuando el príncipe escala por la trenza hasta el aposento de su amada ella se asomó y...¡Sorpresa! ¡Soy un elefante!
En el tercer intento para demostrarle su error, el padre leyó La sirenita. La bella sirena salió del mar y sintió un dolor punzante por todo el cuerpo y por fin tenía...¡Patas de elefante!
El padre insistía en el elemento sorpresa y la hija en el elefante y cuando decidieron escribir e ilustrar un cuento entre ambos, en cada página Kika aclarabas que no había ningún elefante, haciéndolo omnipresente en el corto relato.
En vista de la tozudez de Kika y de sus ganas de generar sorpresas en el relato, el padre se dio por vencido y se pusieron con los deberes de matemáticas.
Los dibujos, rebosantes de color, representan al padre y la hija muy humanizados en una elegante vivienda. El trazo largo del lápiz da fuerza a los dibujos. No falta detalle en cada lámina en las que predominan los colores cálidos.
El tipo de imágenes varía según se narre la historia familiar o se rememoré un cuento tradicional. Los dibujos de estos son más fríos, el color se muestra en tonalidades suaves, que se alteran y cobran vida cuando aparece un elefante o Kika en medio del relato.
Las páginas dedicadas al cuento de papá parecen escritas e ilustradas por un niño pequeño. Los dibujos son esquemáticos, planos y de trazos inseguros.
Entretenido álbum, ingenioso, colorista, simpático, que recuerda la perseverancia de los pequeños cuando se empecinan en lo que creen que les ha dicho su maestra.
Kika insiste en los elefantes y que debe encontrar tres cuantos con esa sorpresa; su padre, para demostrarle su equivocación, se propone a leerle tres cuentos clásicos para comprobar que en ellos no aparece ningún paquidermo.
El padre comenzó la lectura de El patito feo y cuando llegó al pasaje en el que este vio su reflejo en el agua, y exclamó..., fue interrumpido por Kika que gritó: ¡Sorpresa! ¡Soy un elefante!
En la segunda lectura, Rapunzel, cuando el príncipe escala por la trenza hasta el aposento de su amada ella se asomó y...¡Sorpresa! ¡Soy un elefante!
En el tercer intento para demostrarle su error, el padre leyó La sirenita. La bella sirena salió del mar y sintió un dolor punzante por todo el cuerpo y por fin tenía...¡Patas de elefante!
El padre insistía en el elemento sorpresa y la hija en el elefante y cuando decidieron escribir e ilustrar un cuento entre ambos, en cada página Kika aclarabas que no había ningún elefante, haciéndolo omnipresente en el corto relato.
En vista de la tozudez de Kika y de sus ganas de generar sorpresas en el relato, el padre se dio por vencido y se pusieron con los deberes de matemáticas.
Los dibujos, rebosantes de color, representan al padre y la hija muy humanizados en una elegante vivienda. El trazo largo del lápiz da fuerza a los dibujos. No falta detalle en cada lámina en las que predominan los colores cálidos.
El tipo de imágenes varía según se narre la historia familiar o se rememoré un cuento tradicional. Los dibujos de estos son más fríos, el color se muestra en tonalidades suaves, que se alteran y cobran vida cuando aparece un elefante o Kika en medio del relato.
Las páginas dedicadas al cuento de papá parecen escritas e ilustradas por un niño pequeño. Los dibujos son esquemáticos, planos y de trazos inseguros.
Entretenido álbum, ingenioso, colorista, simpático, que recuerda la perseverancia de los pequeños cuando se empecinan en lo que creen que les ha dicho su maestra.
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