La ruta extraordinaria de Ratón
Cartero
Autora: Marianne Dubuc
Traducción: Susana Tornero
Colección Álbumes Ilustrados
ISBN: 978-84-261-4454-6
248 x 308 mm, 32 páginas
(+ 3 años) 2017.
Por José R. Cortés Criado.
Marianne Dubuc ya nos sorprendió con un primer volumen de esta colección titulado La ruta del Ratón Cartero, así
descubrimos a tan peculiar personaje que no ceja en su empeño por hacer llegar
la correspondencia a todos sus destinatarios sin importarle la distancia, el
lugar donde deba ir o los peligros que pase.
En la segunda entrega, Las vacaciones del Ratón Cartero, volvió el protagonista a entregar sus cartas
a pesar de estar de vacaciones, pues la obligación es mayor que la devoción,
pero en esta ocasión fue acompañado por su familia.
En esta tercera entrega, La ruta extraordinaria del Ratón Cartero, nuestro cartero ha de ir
a sitios extraños y muy lejanos, parece increíble lo que es capaz de hacer,
pues ha de marchar en una nave espacial para poder posarse en el planeta XYZ y así
entregar sus pedidos a los peludos Plops, los enormes Zwizz y a los blanditos
Blpos.
Después llega al país de los caramelos para entregar el dentífrico
al señor Jengibre, rodeado de ríos de chocolate, árboles piruletas y galletas
andantes.
El tercer destino es Villa Mini; todos sus habitantes son
muy pequeños, salvo el gigante que duerme plácidamente; a continuación los maxis,
allí el Ratón es un minúsculos ser que apenas puede aguantar la carta que
entrega al señor Grande.
Cuando llega al mundo de las sirenas se sumerge para entregar
sus paquetes. Las sirenas leen, juegan, esperan a su príncipe en la orilla, se
lanzan un pez globo o hacen esquí subacuático, y bucea hasta lo más oscuro del
fondo marino para entregar las bananas al pequeño pulpo.
Pero aquí no acaba la aventura, pues ha de llegar al país
de los monstruos, pues ha de darle un paquete de pinchos a la señora Grrrrr,
otro pegajoso y pringoso al señor Arrrrrrh.
Las siguientes dos páginas muestran al personaje en el
taller de su amigo R2ZX345 donde se crean, reparan y ponen a punto numerosos
robots y cuando avanzamos en la lectura descubrimos una página sin pies ni
cabeza, las palabras van en un sentido y los dibujos en el opuesto, nadie sabe dónde
es arriba y dónde es abajo.
Por último llega a país de los unicornios, todo es
tranquilidad, belleza, caballos alados con un cuerno, nubes, arcoíris… y de ahí
hasta la casa del Ratón Cartero donde los lectores descubrirán la verdad de tan
insólito reparto.
Al ingenio de la autora hay que añadir la gracia de sus
dibujos que muestran unos escenarios llenos de pequeños detalles que hacen las delicias
de los lectores.
Lo primero que llama la atención son las finas y pequeñas
hierbas que cubren los campos, la gran cantidad de hojas de los árboles y los pequeños
personajes que juegan un papel secundario pero interesante como pueden ser las
abejas o los gatos.
No les faltan detalles a los monstruos ya sean de uno, dos
o tres ojos, tengan antenitas o múltiples patas calzadas con zapatos diferentes;
o que sus personajes vivan en una tarta, naveguen junto a una catarata de
chocolate líquido, sean de un tamaño muy pequeño, duerman en el interior de una
florecilla, anden por el fondo del mar o pasen por la cinta transportadora del
taller.
Si el lector se detiene en observar las dobles páginas
podrá recrear nuevas historias a partir de lo que se ve por ejemplo en el
taller de R2ZX345, en el cielo o en la tierra, porque hay tantos pequeños
elementos llenos de gracia que no te gustará pasar la página.
Me divierten estos libros que me hacen pasar un buen rato
observando sus ilustraciones y desarrollando mi imaginación.
Este simpático Ratón Cartero tiene mucha vitalidad y nos
lleva a hacer su trabajo por lugares reales e imaginarios de forma agradable.
Si quieres conocer otros libros de Marianne Dubuc pincha aquí.
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