Texto: Jordi Sierra i Fabra
Ilustraciones: Pablo Núñez
130 x 190 mm, 168 páginas
(+ 12 años) 2007.
Por José R. Cortés Criado.
Con este título más de una profesora o profesor se planteará recomendar el
libro a sus alumnos, porque lo único que hace falta es
que les achaquen algunos crímenes, pero bueno, a pesar de esa posibilidad, se
puede leer el libro y recomendarlo al alumnado.
Esta es otra historia que transcurre en un centro escolar tras la
desesperación de una excelente profesora que no consigue que algunos de sus
alumnos lean con regularidad. Soledad no entiende cómo algunos de sus alumnos
son tan brutos que ni se acercan al libro, para ello les comunica que cometerá
un crimen en la persona o personas no lectoras de su clase.
En esta obra, Sierra i Fabra vuelve a tratar el tema de la lectura y su
importancia en la formación de cualquier persona.
Para este autor la lectura es el mejor ejercicio para la mente humana y
hace responsable a los no lectores de muchos de los problemas sociales
actuales: maltrato familiar, irresponsabilidad ecológica, degradación
medioambiental, falta de respeto a los demás, etc.
Esta obra recuerda otra anterior del mismo autor, El fabuloso
mundo de las letras, y a La isla de las palabras, de
Erik Orsenna. En ella nos vamos a encontrar juegos de palabras, siendo las
letras las reinas del libro y nos van a mostrar qué hacer con ellas para
divertirnos además de leer.
La trama de la obra se estructura en veinte capítulos, a lo largo de los
mismos un grupo de alumnos deberá ir resolviendo una serie de cuestiones que la
profesora les hará llegar bien a través de un sobre o de la resolución de un
jeroglífico. Ese es el reto, descifrar las claves necesarias para poder salvar
sus vidas y mientras tanto leerán, leerán y llegarán a comprobar que leer no es
malo ni perjudicial para la salud.
Para llegar hasta el final, se enfrentarán a un abecegrama donde falta una
letra, o a un soneto de Quevedo para poder localizar una dirección, y a otro
del autor en el que no ha utilizado una de nuestras vocales, también resolverán
un crucigrama, una sopa de letras, un salto del caballo; leerán palíndromos,
palabras bifrontes, o deberán pensar cuál es el único número que no tiene las
letras e y o cuando lo nombramos, o cuál será el primero de todos los números
si los ordenamos alfabéticamente, además deberá comprobar si un texto
presentado es un tautograma, descifrar letras escritas de formar extraña,
etcétera, etcétera.
En fin, después de tamaña hazaña, los personajes descubren que leer no es
tan malo ni tan aburrido.
Toda la obra es un homenaje a autores y obras de literatura universal. Cada
capítulo comienza con un título de una obra conocida, seguido del nombre de su
autor. Sirvan de ejemplo: Los tres mosqueteros de
Alexandre Dumas o Doce cuentos peregrinos de Gabriel
García Márquez.
Y por si no fuese suficiente con veinte títulos y autores, uno por cada capítulo,
para resolver una pista, los alumnos deben unir diez obras con sus respectivos
autores.
No creo que haga falta decir que este libro es un homenaje a las letras, a
las palabras, a la literatura y que está escrito por una persona que ama leer
por encima de muchas cosas.
Sierra i Fabra ha afirmado que este libro está dirigido a los chavales que
no aman la lectura, para hacerles ver que puede resultar ameno leer.
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