Día Internacional del Libro Infantil 2017: ¡Crezcamos
con los libros!
Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del
escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve
la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de
promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más
jóvenes.
Cada año, una sección nacional del IBBY tiene la oportunidad de ser la
patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor
representativo y a un reconocido ilustrador de su país para que elaboren el
mensaje dirigido a todos los niños del mundo y el cartel que se distribuye por
todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros
escolares, librerías, etc.
Este año le corresponde a la sección de Rusia, que difunde el mensaje del
poeta Sergey Makhotin (1953) y el cartel del Mikhail Fedorov (1941).
¡Crezcamos con los libros!
En mi más tierna infancia me gustaba construir casitas con bloques y todo
tipo de juguetes. Solía usar álbumes ilustrados a modo de tejado. En sueños,
subía hasta el interior la casa, me acostaba en la cama hecha con cajas de
cerillas y contemplaba las nubes o el cielo estrellado. Todo dependía de la
imagen que más me gustase.
Instintivamente, seguí la ley de vida de todo niño que busca inventarse un
ambiente cómodo y seguro. Para conseguirlo, un libro infantil siempre ayudaba a
conseguirlo.
Después me hice mayor, aprendí a leer y en mi imaginación, un libro comenzó
a parecerse más a una mariposa o incluso a un pájaro que a un tejado. Las
páginas del libro eran como alas y susurros. Era como si el libro situado en el
alféizar saliera volando inesperadamente por la ventana abierta hacia espacios
desconocidos. Lo cogí, lo empecé a leer y el libro se tranquilizó. Después lo
seguí a través de otros mundos y parajes, mientras mi universo imaginario se
iba extendiendo.
¡Qué alegría tener un nuevo libro en mis manos! Al principio no sabes de
qué trata. Te resistes a la tentación de abrirlo por la última página. ¡Y qué
bien huele! No es posible descomponer su olor: tinta, pegamento… No, no lo es.
Tiene un aroma especial a libro, uno excitante y único. Las puntas de algunas páginas
se pegaban como si el libro no se hubiera despertado aún. Se despierta cuando
lo empiezas a leer.
A medida que vas creciendo, el mundo a tu alrededor se va complicando. Te
enfrentas a cuestiones que incluso un adulto es incapaz de resolver. Sin embargo,
es conveniente poder compartir las dudas y los secretos con alguien. Y aquí es
cuando el libro viene en tu ayuda.
Probablemente muchos de nosotros nos hemos
planteado: ¡este libro lo han escrito para mí! Y el personaje protagonista de
pronto parece ser como tú. Vive los mismos problemas y los trata con dignidad.
Otro personaje no se parece a ti en nada pero quieres que sea como tu ideal,
pretendes ser tan valiente y capaz como él.
Me echo a reír cuando un chico o una chica dice “¡No me gusta leer!”. No
les creo. Seguro que toman helado, juegan y ven películas muy interesantes. En
otras palabras, les gusta divertirse. Y la lectura no es solo un trabajo duro
que desarrolla los sentimientos y la personalidad, sino, antes que nada, un
gran placer.
¡Precisamente por eso los autores que escriben libros para niños!
Texto original: Sergey Makhotin. Ilustración: Mikhail Fedorov.
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