Las dudas de
María Lince
Texto: Fátima de la
Jara
Ilustraciones: Gerardo
Domínguez
Colección Entre Nubes
210 x 210 mm, 40 páginas
Cartoné, (+ 6 años)
2016
Por José R. Cortés Criado.
Cierto día
estaba pintando la facha de su casa preparándose para el invierno, cuando su
amiga Leonarda, de gran melena roja, acudió loca de contenta porque había
ganado el concurso de pintura.
María Lince
es una buena amiga, siempre dispuesta a echar una mano a los demás, dar ideas o
sugerir soluciones a cualquier problema; haciendo alarde de su apellido, sabía
si una comida estaba en buen estado o no, e incluso si iba a llover cuando estaban
de paseo.
A María
Lince aquello no le sentó muy bien, porque además, Leonarda había ganado hacía
dos meses el premio a la mejor poesía; siete meses que se hizo con el premio a
la tarta más original y un año que ganó el premio al disfraz más divertido.
Así que
aunque Leonarda quería celebrarlo con su amiga, esta se buscaba obligaciones:
pintar, planchar, ordenar… para esquivarla.
Cierto día
que tenía los ánimos por los suelos se desplazó a la otra punta del pueblo y
escuchó que su vecino Pascal consiguió la medalla de oro por su investigación
sobre las hormigas.
Entristecida
se sentó sobre el muro del puente que unía las dos mitades del pueblo, Cabezón
de los Montes, sopesando su vida, hasta que su vecina Sandra acudió junto a
ella pensando que algo no iba bien al verla allí tan cabizbaja.
Sandra buscó
a Leonarda y ambas fueron a parlamentar con María. Esta estaba triste porque su
amiga e incluso Pascal ganaban premios menos ella, y se consideraba una persona
insulsa.
Leonarda le
hizo ver que sin su ayuda nunca habría conseguido ninguno de sus premios, ya
que María fue la que le hizo ver los colores de la naturaleza para poder
plasmarlo sobre un lienzo; la que supo mezclar los ingredientes de una tarta a
la que Leonarda solo le dio forma; la que le indicó las pistas para encontrar
las palabras justas para su poesía, y la que le enseñó qué hacía reír a los niños
para confeccionar el disfraz.
Cuando María
recapacitó, todo cambió entre ellas y lo celebraron en el restaurante El
Cabezón.
Acabada la
historia hay una página que bajo el título “Aviso para navegantes” aclara a los
lectores que nuestro cerebro alberga capacidades que no todos los seres humanos
desarrollamos por igual. Y eso nos hace especiales y diferentes a los demás.
Y se comenta
que Leonarda es una persona creativa; María es intuitiva, Pascal es lógico y
Sandra es sabia.
La siguiente
página recoge cuatro preguntas directas sobre la lectura.
Otra página
recoge tres preguntas sobre concursos y la última pide al lector buscar nombres
divertidos de pueblos de España.
Una historia
para reflexionar sobre la aptitud de cada persona, la generosidad, el aprecio,
y la valentía de saber pedir ayuda a los amigos cuando pasamos un mal bache.
Sin duda,
los cuatro títulos publicados en esta colección de la editorial Anaya, Entre nubes, servirán para pensar y abrir
nuevas perspectivas en la convivencia diaria de los pequeños lectores. Necesitados
de modelos de vida a seguir.
La gracia y
el ingenio del texto de Fátima de la Jara se ven acompañados por las ilustraciones
mágicas de Gerardo Domínguez, que crea bellas metáforas a partir del texto.
Muy llamativo
es el aspecto del pueblo dado su nombre; las cuatro viviendas que reflejan el perfil
humano de sus propietarios y el aspecto de cada uno de sus protagonistas.
A la fuerza
del color se unen detalles realistas y otros fantásticos para cada una de las ilustraciones
de este libro.
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