La microguerra
de todos los tiempos
Texto: Andrés Barba
Ilustraciones: Rafa Vivas
Colección: Las Tres Edades
15 x 23 cm, 96 páginas
Cartoné, 2015
Por José R. Cortés Criado.
Andrés Barba
nos lleva al tema del tiempo, sobre todo para los que está muy preocupados por
perderlo. En esta historia, los protagonistas son dos niños muy opuestos,
Manuel, que siempre va corriendo a todas partes y apenas ve lo que acontece al
su alrededor y Mara, una niña supertranquila que nunca tiene prisas y vive
felizmente cada momento de su vida.
Estos
protagonistas viven en Gambronia, ciudad muy preocupada por el tiempo, tanto
que todos sus habitantes están pendientes del reloj de la plaza que construyó
el insigne relojero italiano Somato Frantantoni.
Hora a hora
todos controlan que su reloj personal esté en hora, nadie quiere perder un
segundo, todos tienen múltiples relojes, pero el tiempo se les va en esa
preocupación por lo que no disfrutan de lo que tienen.
El tema es
muy adecuado, sobre todo hoy que todos vivimos intensamente las veinticuatro
horas del día y siempre nos falta tiempo para hacer algo nuevo, y su mensaje
muy esclarecedor: Para ganar el tiempo
hay que saber perderlo.
Estos niños
son los encargados de reparar el reloj de la plaza el día que se alteró y todos
los habitantes de la ciudad andaban preocupados por no saber qué hora era
exactamente cada vez que miraban su reloj; para ello han de tomarse una
pastilla que les reduce de tamaño, como Alicia, e introducirse en su mecanismo.
Una vez
dentro se encuentran tres territorios enemistados en continua batalla, el ayer,
el hoy y el mañana. De las tribulaciones de cada ejército, de las
preocupaciones por el tiempo perdido, el momento presente o el tiempo que
vendrá versarán las conversaciones de los niños con los personajes que viven
dentro del reloj.
Al final
todo se soluciona, cuando los habitantes de Gambronia dejan de estar obsesionados
con el tiempo y aprenden a perderlo en cosas importantes como dar un beso a la persona amada, caminar más despacio o detenerse
a recordar algo importante tras una respiración profunda.
Cada capítulo se inicia con una bonita y colorista ilustración seguida de una letra capital de gran belleza.
Buen libro,
ameno, entretenido, original, que atrapa al lector en el tiempo presente,
pasado y futuro.
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