Tres cuentos de Poe en B/N
Xavier Besse
Edelvives, juvenil
cartoné, 165x235 mm
104 páginas.
Por José R. Cortés Criado
A
la maestría de Edgar Allan Poe se une la genialidad de Xavier Besse y surgen
estas tres historias gráficas en blanco y negro para conmemorar el bicentenario
de la muerte del escritor.
Allan
Poe, maestro de la intriga y de lo fantástico, dejó escrita historias
escalofriantes de personajes malvados, atormentados, desafortunados e
incrédulos, que llegaron hasta nosotros por medio de la palabra escrita; hoy
tenemos en las manos sus textos resumidos pero acompañados de imágenes que lo
complementan y enriquecen.
No
hay duda de que leer tranquilamente los relatos de terror de Poe tiene magia
suficiente como para no desear versiones ilustradas, pero el trabajo de Besse
es lo suficientemente atrayente como para recrearnos con su lectura.
Seguro
que habrá jóvenes lectores que prefieran esta visión tipo cómic a los textos
originales, por ello deberemos aconsejarles su lectura sin olvidar citar su fuente
original, mostrándoles otro camino para llegar al disfrute de textos clásicos.
El
primero de los tres relatos, Manuscrito
hallado en una botella, se puede catalogar de fantástico, en él vamos a
sentir la angustia de una persona que no puede dar crédito a lo que presencia:
seres extraños que se mueven en medio de la tormenta sobre el barco sin reparar
en él; tras su lectura nos queda el desconsuelo de no saber cómo acaba la
aventura de dicho personaje.
Las
ilustraciones son muy buenas; desde la primera viñeta nos vamos a sentir
atrapados por la intriga. Comienza el relato con un gran plano general que
ocupa el primer tercio de la parte superior de la hoja, seguido de otro plano
general más corto y un plano detalle. Con tres viñetas el ilustrador nos ha
descrito el paisaje, y nos ha mostrado el elemento fundamental del relato, la
botella del náufrago y el mensaje en su interior; las tres siguientes nos darán
detalles expresivos que nos llevan al inicio del relato contenido en la
botella.
Cuando comienza el relato del naufrago los tamaños de las viñetas son variados, al igual que los tipos de planos; esa sabia mezcla de descripciones, narraciones y expresiones gráficas nos arrastran con avidez siguiendo el hilo narrativo.
El
segundo, El barril de amontillado,
nos muestra la venganza en su más cruda realidad. Montesor no puede permitir
que nadie lo insulte y aprovecha el día de carnaval para perpetrar su venganza
en la ciudad de Venecia. El lema de su familia es: “Nemo me impune laccessit”,
“Nadie me insulta con impunidad”.
La
expresividad de las viñetas y la riqueza de planos nos introducen en un relato
de terror, cuya intensidad aumenta conforme descendemos por los sótanos del
palacio hasta el último rincón de la bodega.
Los
rasgos físicos del malvado definen perfectamente su carácter y los detalles
macabros de algunos dibujos nos avanzan el final trágico del mismo.
El
último relato, El gato negro,
comienza con el plano de una horca y la mirada de un patibulario. Esta historia
está construida in media res; un condenado decide aliviar su alma la víspera de
su muerte, y nos relata de qué modo fue cambiándole el carácter; no sabe
explicar el porqué de su actuación, salvo que se siente forzado a actuar
malvadamente.
Las
inquietantes imágenes nos introducen en un mundo perverso y desconocido donde
se refleja el lado oscuro del ser humano; a lo largo del relato se aprecia la
degradación de una persona que no encuentra justificación para su modo de
actuar.
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