Una visita de Transilvania
Texto: Anna Wilson
Ilustración: Kathryn Durst
Colección: Vlad, el peor vampiro del
mundo
ISBN 9788414016862
160 páginas, 129 x 198 mm
Cartoné, (+ 8 años) 10,50€
2019.
Por José R. Cortés Criado.
Fórmula para transformarse en
murciélago un vampiro: “MURo que saltar, CIElo al que subir, LAzo
que cortar, GOzar volando al fin...” Anna Wilson: Una visita de
Transilvania
Vlad es un vampiro algo especial, entre
otras cosas no sabe transformarse en murciélago con rapidez, vuela
fatal, tiene miedo a las arañas y a la oscuridad y vive en una casa
algo especial y no sabe que el protector solar le permite salir de día.
Su vivienda, Mansión Miseria es la
residencia de la familia Empalador formada por Vlad, su padre Drax,
su madre Mortemia y su abuelo Gory, ademas de otros murciélagos,
como Mus, su aliado y amigo o el mayordomo llamado Boñiga.
En este número de la colección, la
familia Empalador, una familia muy tradicional y conservadora en sus
costumbres vampirescas espera la llegada de un sobrino, Lupus
Colmillo. Todos los esperan con ansiedad y se alegraron de verlo
venir rodeado de murciélagos que portaban su equipaje.
Todos menos Vlad, porque el invitado
venía para enseñar a su primo los aprendizajes mínimos para ser un
buen vampiro, como aprender a volar, transformarse, planear..., todo
lo necesario para conseguir su carné de piloto murciélago.
De entrada Lupus era repelente,
gracioso, listillo, entrometido...y a Vlad no le caía bien, sobre
todo porque no quería que descubriese que tenía una amiga humana y
acudía al colegio del pueblo sin que lo supiesen sus padres.
Lupus lo descubrió, se mostró como
vampiro en el cole, dominó la mente de algunos, incluida la
profesora Limonada, consiguió destacar más que su primo y a Vlad,
como hemos de suponer, no le hizo gracias; aunque más tarde Lupus le
hizo saber a su primo que lo envidiaba por ser como es, puesto que
Lupus era un mentiroso que hablaba de Pensilvania como si fuese lo
mejor del mundo y él incluido.
Pero lo mejor vino cuando Lupus
consiguió convencer a su primo de que era un buen vampiro al que le
hacía falta tener confianza en sí mismo. Cuando Vlad lo aceptó
todo cambió para él. Podía dominar la mente de cualquiera sin
estar enfadado, volar si tropezar con el primer obstáculo que
apareciese y ser un tipo gracioso encima de un escenario en el cole.
Gracias a Lupus la vida cambió para el
peor vampiro del mundo y para su familia que se sintió orgullosa al
comprobar que su hijo era un buen vampiro y se lo agradecieron a
Lupus, aunque estaban un poco cansado de sus modos y costumbre, muy
modernas en comparación con la familia Empalador.
Graciosa historia en la que vemos al
pequeño vampiro en apuros y cómo logra salir de ellos, disfrutar de
su vida al margen de ataúdes, noches de estudio vampírico y
lecciones de la estricta mamá.
Los pequeños lectores disfrutarán de
la historia, se reirán de ciertos acontecimientos, se sorprenderán
de otros y comprenderán las situaciones algo embarazosas que sufre
Vlad por culpa de su primo, y es que los tímidos suelen pasarlo mal
en situaciones cotidianas pero ante el público, en un escenario, se
crecen y son insuperables.
Además entenderán que no es oro todo
lo que reluce, ni que hay que creerse todo lo que se cuente, porque
hay personas que exageran sus hazañas para aparentar; aunque en el
fondo no sean felices, tal como le ocure a Lupus, que termina
confesando sus mentiras.
El libro está ilustrado en blanco y
negro por Kathryn Durst, que nos muestra una familia muy peculiar con
sus enormes colmillos, capas negras con picos en el cuello, multitud
de murciélagos y arañas, escenas nocturnas en cementerios, paseos
entre lápidas y dormitorios con ataúdes.
El número de cada capítulo aparece en
blanco sobre la silueta en negro de un castillo terrorífico, los
números de las páginas a pie de página están en el interior de un
murciélago con sus alas extendidas, también hay telarañas y arañas
en algunas esquinas superiores y grupo de negras arañas para separar
textos.