LEER, LA LIBERTAD DE SER REBELDES
Por José R. Cortés Criado
Me
invitaron a dar una charla en unas Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil
con este título, este me hizo reflexionar sobre la rebeldía: ¿Ante qué?, ¿por
quiénes?, ¿para qué?, ¿cómo?…
Llegué
a la conclusión de que hoy, leer es un
acto de rebeldía.
Una
parte de la sociedad en la que vivimos se esfuerza en fomentar la lectura;
otra, junto a numerosos medios de comunicación de masas, no ofrecen a los
jóvenes de hoy unos modelos de personas que triunfen en el mundo de la lectura.
La
lectura no está de moda.
Hoy
se prima ser zafio, bruto, inculto en cualquiera de esos programas televisivos
que se dedican al famoseo, por tanto, leer no está de moda.
Para
leer hay que ser rebelde, hay que enfrentarse a esa pléyade de elementos que no
lo hacen nunca.
Por
ello hay que ser rebelde ante ese elemento al que cuando le preguntas si le
gusta leer, te responde que no sabe qué comida es esa, o si ese juego es de la
play o si hay que bajárselo de Internet.
Otros
y otras puede que te digan que ellos no hacen esas cosas porque son de mal
gusto o son cosas de “pringaos”.
Seguramente
sean personas a las que si les preguntas qué piensan sobre el cambio climático
te dicen que ellos no te pueden cambiar nada, porque no tienen ni un céntimo.
O
esas otras que se ponen muy remuilgadas para responder y te dicen que leer es,
o sea, es decir, pues eso, eso que hacen algunos que no tienen otra cosa mejor
que hacer, porque, o sea, leer es perder el tiempo, y el tiempo hay que
dedicarlo a cosas importantes como ponerse un “percing” en el ombligo, alisarse
el pelo y mandar muchos mensajes a los amigos.
Por
ello está caro que hay que ser rebeldes para poder leer.
Hay
que rebelarse contra la incultura, la zafiedad, la brutez, la ignorancia, porque si queremos vivir en una sociedad
mejor, no podemos dedicarnos a animalizarnos.
Y
leer nos va a hacer mejores. Por supuesto que sí.
La
palabra es la que humaniza al hombre. Cuando nacemos, lo hacemos en el seno de
una familia, pero no somos personas por nacer ahí, lo somos porque nos vamos
educando para llegar a ser personas y ojalá todos y todas podamos llegar a ser
buenas personas.
¿Por
el hecho de leer me convierto en una persona o en una buena persona? No, sólo
la lectura no es suficiente, pero puede ayudar a ello.
¿Tan
importante es la lectura? Importante son las palabras, ellas me van a facilitar
el poder pensar.
¿Alguien
es capaz de pensar sin palabras? Las palabras son necesarias para pensar y para
expresar lo que pensamos.
¿Os
imagináis cómo sería una conversación entre personas que se expresasen
únicamente con dibujos?
¿Creéis
que será fácil explicar las cosas sin sólo emitiésemos gruñidos?
Y
una vez que descubrimos que las palabras son necesarias para pensar y
manifestar nuestros deseos, ya estamos empezando a valorar la lectura.
Habrá
quien piense que no le hace falta leer, porque conoce las palabras de oírlas y
únicamente desea hablar con los demás, no escribir, ni leer.
¿Creéis
posible que las personas en el siglo XXI sólo podamos hablar y escuchar?
Si
así fuese, ¿qué pasaría con los anuncios?, ¿quién apuntaría una dirección?,
¿podríamos mandar mensajes con el móvil?, ¿sabríamos lo que nos dicen otras
personas con sus cartas? Estas actividades serían enormemente dificultosas y
nos crearía muchos problemas.
Pues
está claro que hay que leer, aunque sea para saber utilizar el móvil, chatear
con mis amigos o localizar el nombre de una calle. Sin palabras no somos nada.
Vivimos
en una sociedad en la que todo está escrito y para conseguir cualquier
información, debemos leer. Si estudias has de leer, si recibes una carta, has
de leer, si quieres saber qué te cuenta tu amigo en un mensajito, debes leer y
por supuesto, si quieres responder, debes escribir.
Luego
lectura y escritura son las dos caras de una misma moneda. La una va unida a la
otra y la una no puede existir sin la otra.
Y
una vez que admitimos esto, podemos empezar a leer. Y cuando sepamos hacerlo,
disfrutaremos de la lectura.
¿Creéis
que una persona que lee a la fuerza disfruta con la lectura? Será una pesadilla
para ella, aunque cuando nos iniciamos en la lectura debemos hacer esfuerzos y
obligarnos a leer, pero pasado ese primer momento, el disfrute viene después.
Al
leer debemos comprender, gozar y reflexionar. ¿Cómo se puede conseguir eso?
Leyendo.
Primero
debo leer libros, revistas, artículos... que yo entienda, si leo un libro que
tiene un vocabulario muy elevado para mí, está claro que no voy a comprender lo
leído, entonces me aburriré como una ostra y diré que la lectura es un
martirio; por eso debo dejarme orientar por personas expertas o por otros
lectores para escoger un texto que sea adecuado a mis conocimientos.
Si
consigo entender lo que leo, ya he dado un gran paso.
En
segundo lugar he de gozar, de disfrutar con la lectura. ¿De qué me sirve leer
un libro que no me gusta nada? ¿Si a mí me gustan las novelas de misterio por
qué he de leer una de amor? O viceversa.
Habrá
quien prefiera leer libros que nos hablen del pasado, de la vida de algunas
personas, del mundo animal o de temas actuales. Otros querrán leer poesías, o
puede que obras de teatro, en fin, cada uno tendrá sus gustos y sus
preferencias literarias. Cada uno ha de leer lo que prefiera o le divierta. Y
cuando hayamos entendido y hayamos disfrutado, debemos reflexionar sobre lo
leído.
¿Para
qué quiero reflexionar? Para sacarle todo el jugo al libro. Una vez finalizada
su lectura debo valorarla, saber si ese es el final que yo esperaba, recordar
los pasajes que más me gustaron, analizar los personajes y por último compartir
mis pensamientos con los demás.
Con
algunos estaré de acuerdo en muchas cosas, con otros en ninguna, pero lo
importante no es coincidir con todos en todos los aspectos. Lo interesante es
compartir puntos de vista diversos que nos van a enriquecer como lectores y
como personas.
Porque
la lectura es importante y hoy podemos disponer de una gran variedad de libros
adecuados a las distintas edades e intereses, lo importante es que cada cual
localice el suyo, el que lo va a animar a leer y lo va a transformar en un gran
lector.
Cuando
hablo de gran lector, no me refiero al tamaño de la persona ni a que lea mil
palabras por minuto, ni un libro cada día. Me refiero a quien sea capaz de
leer, comprender, gozar y disfrutar con la lectura.
Un abrazo lector y escritor.